miércoles, 18 de diciembre de 2013

DOORMAN EXECUTIVE (PORTERO EJECUTIVO)


Ayer tome conciencia de mis limitaciones lingüísticas y consecuentemente de mi deficiente integración en esta metrópolis de Dios. ¿Cómo me voy a llamar madrileño, si ni siquiera hablo la lengua de los de por aquí? 

Yo que me creía tan de Chamberi…. 

Resulta que en Madríd, aun siendo el español la lengua vehicular es importante conocer el sin fin de aforismos, anglicismos y conceptos que complementan nuestro idioma conformando lo que podría venir a llamarse “la lengua de los mandriles”. Un pseudo dialecto capitalino desarrollado al abrigo del snobismo del lugar.

En lo laboral, por ejemplo, existe una nomenclatura muy precisa para cada puesto de la empresa. Es de buen "madracas" conocer las diferencias entre un Assitance, un Junior, un Senior, un Senior Executive, un Key Account, un Manager o un CEO (Chief Executive Office) no sirviendo de nada distinguir, como se ha hecho de toda la vida, entre quienes reciben órdenes y quienes las dan. Eso es muy burdo, y además no aporta valor. Valga como ejemplo de la importancia de dicha estratificación la siguiente situación dada:

Un Junior Executive, un Assets Manager y Chiquito van en avión camino de Brandenburgo y dice Chiquito “jandenawer peich, era una mujer taaaan pequeña, taaan pequeña, que la muy fistra pecadora en vez de dar a luz daba chispita... jaar candemoooor”. 

Perdón, he cruzado ejemplos... 

Como venía diciendo. Diferenciar entre uno y otro puesto es vital. Incluso fuera del ámbito de la empresa, ya que independientemente de las potestades atribuidas al cargo para despachar marrones, se pueden valorar muchas otras cosas. Siendo que si un día coincides con alguien y te dice que es un Junior Executive podrás saber que, de partida, es un “flipao”, y según su edad, si el tipo vale la pena o está más acabado que los Phoskitos. Por cierto, que difícil se ha vuelto comprar Phoskitos ¿eh? Que pena, con la buena red de distribución que tenían... 
El tema del retroceso del brazo de gitano industrial envaso en monodosis lo trataremos en otra entrada del blog que ya se está preparando > ¡BOLLERÍA, BOLLERÍA! MAS TE QUIERO CADA DÍA.

En resumen, es de suma importancia conocer toda la “amagrama” terminológica de la capital, ya que la misma ha enraizado en la cultura "mandrileña". Como pude comprobar ayer mismo.

Os cuento:

Yo en ocasiones recibo cosas. Las recibo porque las compro. Las compro primero porque quiero y segundo porque los señores del Internet conocen mis debilidades gracias a las malditas cookies (parezco de Madrid...) y aprovechando ese conocimiento me cuentan cosas vía newsletters.. "que si hay sillines muy bonitos y baratos, que si los puedo comprar haciendo clic". La cuestión es que cuando compro mi dirección suele ir acompañada de la consigna (DEJAR AL PORTERO). 

Pues bien. Tras casi tres años recibiendo paquetes consignados “al portero”, el bueno de Javier (un segoviano tosco y secante como el campo de Castilla, que hace las veces de portero en mi casa) colmo su paciencia ayer tarde, y se vio en la necesidad de formular el siguiente reproche: 

“Joaquin, yo te aprecio mucho, pero esto te lo tengo que decir, porque son ya muchas las veces, y creo que las cosas hay que dejarlas claras”.

En ese momento me invadió una profunda incertidumbre al tiempo que se me vinieron a la cabeza mis deficiencias vecinales … hacer mecánica al alba… el menudeo de chatarra… mi desapego hacia las prendas perdidas en acto de tendido, que haciendo memoria ascienden a una toalla, una funda de almohada, al menos siete calcetines desparejados, un chino viejo, varios calzoncillos, una camiseta de Paloma (difícil de explicar a la hora de reclamarla), dos plantillas de zapato, una camisa (fea), y aproximadamente doscientas cuarenta pinzas de la ropa de distintos tipos, colores y materiales, todo ello caído, obviado y olvidado en el patinillo del vecino del primero...

Miedo en el cuerpo... y sin embargo nada que ver… el reproche de Javier trascendía de lo vecinal….

“Lo primero es decirte que yo no tengo nada en contra de los porteros, ya que me parece una profesión muy honrada y respetable”.

La incertidumbre se torno vergüenza e incomprensión. Vergüenza por la rebaja profesional a la que había sometido sistemáticamente al bueno de Javier, e incomprensión por la referencia a los porteros como profesionales “muy honrados y respetables”. ¡Ni que fuera putas….!

“En los 47 años que llevo trabajando aquí yo siempre he sido conserje, nunca portero. Ya que el portero es el que vive en la portería y yo aquí llego a las nueve y me voy a las ocho de la tarde, luego no soy portero. De modo que en adelante te rogaría que en los paquetes pongas dejar al conserje, que es lo que yo soy.”

Más apocado que Paquirrin en una convención de físicos nucleares me disculpe justificando mi error en el desconocimiento y asegurando que jamás se repetiría... Desconcertado y avergonzado subí a casa, me senté en el trono, depuse, se me paso la vergüenza y recapacite sobre el porqué de las cosas. 

Yo cuando depongo suelo recapacitar mucho.

La cuestión era sencilla: al igual que los Juniors y los Juniors Executives no son lo mismo, los porteros y los conserjes tampoco. Una rápida ojeada al Convenio Colectivo de Empleados de Fincas Urbanas de Madrid vislumbró una clasificación sorprendentemente extensa para un mundo en el que, al menos en apariencia, todos eran porteros… 

Desde el punto de vista legal además de estos existen los conserjes, los jardineros, los limpiadores, los vigilantes de garaje y los controladores (Gracias a Dios no se hacen distinciones entre controladores juniors y seniors, ni entre cleaners executive o gardens managers, lo cual, dicho sea de paso, allana mucho el camino a los iletrados, que como yo, vamos por la vida degradando profesionalmente a los que nos rodean). 

Del texto del convenio se desprende que la residencia es el elemento diferenciador entre el portero y conserje (...) Pero desde mi punto de vista existe un trasfondo de estatus, o una cuestión de glamour si se prefiere, y "pá mí" que un conserje en realidad es un portero "con papeles"... algo así como si un barrendero es un gestor de residuos; un becario un department assistance; o una pilingui una meretriz...

...complejos tan grandes como la ciudad que habito...

Hay mucho cateto en esta ciudad (yo el primero), y sobe todo un altísimo numero de catetos acomplejados por kilometro cuadrado, más que en cualquier otro punto del territorio nacional salvo Almería, Murcia, Alicante, Valencia, Castellón y la corporación municipal de Sevilla, donde el ratio de disparada hasta limites preocupantes. 

Por cierto, preciosos los bancos 3.0 de mármol y forja, color "ataud de niño muerto" que se ha calzado Juaninasio en la plaza del Pan... muy "trendys". Lo siento, tenía que decirlo...






En cualquier caso, visto que metalingüísticamente ando muy perdido se acepta todo tipo de información relativa a las expresiones, conceptos y giros capitalinos que podáis compartir conmigo...

Necesito ilustrarme al respecto si quiero ser de aquí.

Mencantamadriz










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